Con la entrada del otoño y el descenso de las temperaturas llega uno de los momentos menos esperados del año: EL CAMBIO DE ARMARIO.

Lo sé, es un rollo…. créeme que te entiendo, pero a todos aquellos que no disponemos de un vestidor donde nos quepa toda la ropa, nos toca hacerlo un par de veces al año.

Pero no hay que perder el ánimo, lo cierto es que, con un poco de paciencia, buena música y estos tips que os voy a contar, se hace más llevadero.

1. Saca TODA la ropa del armario y clasifícala por montones. Lo mejor es ir analizando prenda por prenda:

• “Me encanta este vestido y definitivamente me lo pondré el próximo verano”: si está limpio, va al montón PARA GUARDAR.
• “It´s a keeper pero tiene alguna mancha…”: al montón PARA LAVAR
• “Lo he usado tanto que hasta se ha descosido…”: al montón PARA ARREGLAR
• “No me lo he puesto ni este año ni el pasado, está bien pero ya no me veo con él…”: al montón PARA DONAR

2. Una vez clasificada en montones, hay que ponerse manos a la obra:

•  Hay que lavar y guardar la ropa limpia sino queremos encontrarnos una desagradable sorpresa la próxima primavera. Lo que se pueda doblar sin que se vaya a arrugar puede ir planchado, pero si no, no hace falta trabajar dos veces.
• Si hay algún roto o descosido, pues nada, aguja y dedal, o en su defecto llevarla a un sitio de arreglos… que da mucha rabia querer ponerse algo para una fiesta y darse cuenta de que está descosido.
• Todo aquello que ya no te encanta, no te has puesto en más de un año o se ha quedado demodé, DÓNALO y dale una segunda vida. Hay muchas apps que te pueden ayudar con esto: Wallapop, Vinted, Hibuy market... además de liberar espacio en tu armario, estás contribuyendo a cuidar el planeta. ¡Esto es Qarma!!!

3. Una vez que tengas la ropa limpia y organizada, toca guardarla. Hay múltiples soluciones dependiendo del espacio que tengas para guardar. Yo personalmente prefiero usar cajas y guardo la ropa doblada del revés colocando la que más pesada abajo para facilitar la circulación de aire, que ayuda a mantener la estructura de las prendas y hace que se arruguen menos. También están las bolsas de vacío que ocupan muy poco espacio, pero pueden darte algún problema si queda algo de humedad atrapada en tus prendas. Para facilitar la conservación, mantener los bichitos a raya y disfrutar de un olor fresco la próxima temporada, coloca bolitas de madera de cedro dentro de cada caja.

4. A la hora de guardar la ropa de forma efectiva, puedes utilizar el método Marie Kondo para doblar en vertical que te ayudará a ahorrar espacio https://youtu.be/IjkmqbJTLBM

5. Es importante que guardes las cajas en un lugar limpio, fresco, seco y oscuro para proteger tu ropa. Si tienes pensado hacer una escapadita para cargar pilas y vitamina D en algún destino de sol, mientras los demás sufrimos el crudo invierno, prepara una caja con los imprescindibles y así te ahorrarás un montón de tiempo.

6. Ahora que la ropa está organizada y el armario vacío, es el momento de limpiarlo y dejarlo preparado para colocar la ropa de otoño/invierno. Muy fácil: pasa el aspirador para quitar el polvo, luego un trapo con un multiusos neutro y sin tóxicos, como nuestro Easy-All y ¡listo!

Además puedes colgar unas bolsitas de carbón activo de bambú que filtran y purifican el aire de bacterias y alérgenos, refrescándolo.

7. Llegó la hora de la ORGANIZACIÓN DEL ARMARIO:

•  Lo primero es ser conscientes del espacio. Una idea es contar cuantas perchas nos caben sin que quede todo apretujado. Mi recomendación es que solo cuelgues el número de prendas que caben holgadas en tu armario. Esto te ayudará a visualizarlo todo bien y, te aseguro, reducirá el tiempo para seleccionar tus estilismos. ¿Qué te has comprado una prenda nueva? Pues otra ha de salir para darle espacio… lo bueno es que siempre lo puedes DONAR.
• Se que muchos tenemos un popurrí de perchas de distintos estilos y tamaños. Parece una tontería, pero invertir en un solo tipo de perchas, para que todas sean iguales, no solo hará que tu armario se vea mejor, sino que te ayudará a ahorrar espacio.
• Cuelga y guarda en los cajones solo lo que corresponda a la temporada de otoño/invierno y que te vayas a poner. Aprovecha para hacer un nuevo repaso a la ropa: quizá este año no se lleva el neón y es buena idea añadirla al montón PARA DONAR de la ropa de verano.
• Lo mejor es ordenar la ropa por estilos: faldas con faldas, pantalones con pantalones, blusas con blusas… y por colores. ¡Así es mucho más fácil encontrar las cosas!
• Si no tienes espacio para separarlo por estilos, entonces haz una separación por categorías: ropa parte superior, ropa parte inferior, abrigos y chaquetas…

8. ¡Recuerda hacer este mismo proceso con tus zapatos y bolsos!

El cambio de armario implica hacer un inventario mental de toda tu ropa. Parece una tontería, pero al hacerlo evitarás ponerte solo un 10% de todo lo que tienes y acabar con la sensación de que no tienes nada que ponerte. ¡Tendrás la sensación de estrenar sin salir a comprar!

Buen cambio de armario, #buenqarma 😉