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EL CAMBIO CLIMÁTICO NO EXISTE

publicado por LAURA MARIN el
Imagen de unas torres de fábricas emitiendo polución al aire

Estoy convencida de que a más de uno os ha ocurrido lo que me pasó a mi hace unas semanas. Hablando con una persona muy querida para mí, (que además considero muy formada, inteligente y leída) surgió el tema del medio ambiente, su deterioro, el problema del plástico, los tóxicos... y casi me caigo de la silla cuando escuché la frase: "el cambio climático no existe, no está demostrado".

Me quedé tan sorprendida que decidí escribir sobre ello para ordenar ideas y argumentos y tener una respuesta clara para esos incrédulos con los que todos nos cruzamos en algún momento.

La realidad es que, hoy en día, no hay un debate en el plano científico sobre la existencia del cambio climático. Se conoce su origen y también las consecuencias a corto plazo que se traducen en un calentamiento global. Sin embargo, sí existe un debate sobre cómo reaccionar ante este fenómeno, cómo combatirlo o cómo adaptarse a él.

Un argumento utilizado por aquellos que niegan esta realidad es que no se puede predecir el tiempo con exactitud para un día concreto en un lugar concreto, luego no se puede saber el tiempo que hará en el futuro. Aquí hay una clara confusión entre tiempo y clima, entre meteorología y climatología. El tiempo viene determinado por el estado de la atmósfera en un determinado momento y lugar, influyendo factores como la humedad, el viento, la nubosidad, la temperatura, precipitaciones etcétera. El clima estudia todas esas variables y otras más durante un periodo de tiempo largo, que permite obtener promedios y tendencias.

Es cierto que el clima de la Tierra no ha dejado de cambiar a lo largo de la historia, pero la paleoclimatología (ciencia que se encarga del estudio y reconstrucción de climas del pasado) ha demostrado que los cambios en el clima de los últimos 150 años, desde la Revolución Industrial, no pueden ser naturales por su excepcionalidad. Es cierto que en épocas antiguas existieron variaciones en las temperaturas, pero la característica que hace que ahora lo etiquetemos de excepcional y, por tanto, de cambio climático, es que en este último periodo se han producido de forma generalizada en todo el planeta y no en zonas concretas por un periodo concreto. Nunca se había producido un calentamiento así en un periodo tan corto.

Además del aumento de la temperatura en todo el planeta, nos encontramos con un aumento de las emisiones de CO2.

La vida en la Tierra es posible gracias a los gases de efecto invernadero (CO2, metano y ozono entre otros). Es un efecto por el cual, el calor que nos llega del sol no es rebotado de nuevo al espacio en su totalidad, y permanece en cierto porcentaje, dando lugar a una temperatura ideal para los seres vivos, siendo la razón por la que un planeta tan alejado del sol posee agua líquida y vida.

El problema surge cuando fruto de la actividad humana y del crecimiento industrial de las últimas décadas, la cantidad de gases en la atmósfera con propiedades para provocar este efecto invernadero aumenta desproporcionadamente y en tiempos muy cortos. Al aumentar la proporción de estos gases muy por encima de las concentraciones normales, el efecto invernadero natural terrestre se ha multiplicado, dando lugar a un fenómeno perjudicial, con efectos en el clima: desde 1950 los días calurosos se han vuelto más comunes, así como los días fríos menos frecuentes en todo el mundo. Es cierto que existen otros factores que pueden afectar a nuestro clima, como la variación en la actividad solar, la acción de los volcanes o el efecto de las nubes, pero existe una relación inequívoca entre la acumulación de estos gases en la atmósfera y el aumento de las temperaturas globales.

Un argumento utilizado por aquellos escépticos sobre la influencia del ser humano en las emisiones de CO2, es que la cantidad de este gas emitido por la actividad humana es pequeña en comparación con las emisiones naturales.

Cada año estamos liberando una media de 20.000 millones de toneladas de CO2 en la atmósfera. Las emisiones naturales procedentes de la respiración de las plantas y liberación de los océanos llegan a 776.000 millones de toneladas al año. Nuestras emisiones parecen pequeñas comparadas con las emisiones naturales. Lo que no se tiene en cuenta en este argumento es que la naturaleza no solo emite CO2, también lo absorbe. Las plantas respiran CO2 y también grandes cantidades de este gas se disuelven en el océano. Las absorciones de CO2 de la naturaleza, aproximadamente compensan las emisiones naturales. Lo que hace el ser humano es descompensar ese equilibrio.

Además de todos estos datos, disponemos de un gran número de observaciones presenciales en diferentes sitios que son consistentes con la existencia del calentamiento global: las capas de hielo se están derritiendo, el nivel de los mares está subiendo a un ritmo acelerado, hay un aumento de la temperatura de los océanos, y los glaciares se están contrayendo, por mencionar algunas.

El patrón de calentamiento de la Tierra muestra evidencias de un aumento del efecto invernadero: las noches se calientan más rápido que los días, los inviernos se calientan más rápido que los veranos y por tanto hay alteraciones en las estaciones. Vemos por tanto que este calentamiento no se produce por el efecto del sol, como argumentan algunos, si no que se produce desde el propio planeta, generado por el ser humano y nuestras acciones.

Cuando nos preguntemos sobre el cambio climático, debemos saber que no solo hay consenso entre los científicos, también hay muchas observaciones independientes que llegan a la misma conclusión: el cambio climático es una realidad.

Para saber más:

-https://skepticalscience.com/docs/Guide_Skepticism_Spanish.pdf

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2 comentarios

  • Andrés el

    Buen intento, pero copiaste y pegaste de otra página que ya había leído

  • Joel el

    Bueno

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