Carrito de compras

FRAGANCIAS: LO QUE DEBES SABER

publicado por IRIA PEREZ el
Imagen de unas flores de lavanda en flor

El origen de las fragancias se remonta a miles de años atrás, en Oriente. La primera información gráfica registrada se encuentra en las tumbas egipcias. Esta civilización utilizaba las fragancias, elaboradas con materias primas naturales, en sus rituales para aromatizar el sepulcro. Sin embargo, el perfume se descubrió antes, en la Edad de Piedra, cuando los hombres quemaban maderas aromáticas y resinas. Al arder estas sustancias, desprendían un olor fragante, que fascinaba a todos los presentes y que, a partir de ahí, fue incorporándose en la vida de las personas de diferentes maneras.

Desafortunadamente, hay una desconexión radical de este pasado con la industria de las fragancias actual, que se aleja del propósito terapéutico original y uso de los aceites esenciales puros. Las fragancias sintéticas de hoy están muy lejos de los bálsamos curativos atesorados por el mundo antiguo (algunos valían más que el oro). En lugar de ser medicinales, las fragancias de muchos de los productos que tenemos en casa consiguen alterar nuestra percepción en relación con su eficacia, aunque sabemos que el olor en sí mismo no va a hacer que un producto funcione mejor. Además, el impacto que tienen en la calidad del aire que respiramos se asocia con la diabetes, la obesidad, la capacidad de atención y alteraciones hormonales.

 

Es lo que se conoce como compuestos volátiles orgánicos (COV). Son sustancias químicas que pueden tener efectos adversos para nuestra salud a corto y largo plazo. Los encontramos en miles de productos que usamos a diario: artículos de uso personal como perfumes, lacas para el cabello, champús, desodorantes; productos de limpieza como desinfectantes, detergentes, limpiadores de alfombras y hornos; pinturas, barnices y sus diluyentes; pesticidas; pegamentos y adhesivos, marcadores permanentes, ambientadores, etc. Muchos de estos artículos llevan etiquetas de precaución que especifican los riesgos y procedimientos para un uso seguro, pero algunos no. Al utilizar estos productos, es importante seguir las indicaciones de la etiqueta y aumentar el tiempo de ventilación.

Con todo esto, creo que es hora de preguntarnos: ¿qué hay realmente detrás de ese olor a “ropa limpia” o a limón en el multiusos para la cocina?

Las fragancias sintéticas están presentes en la mayoría de los productos que usamos en nuestros hogares, especialmente los de limpieza, buscando que asociemos el olor de una determinada marca o producto a nuestro objetivo de un hogar limpio. La realidad es que “lo limpio” no huele.  Los productos químicos que se utilizan para elaborar estas recetas de fragancias tienen propiedades similares a las de los narcóticos, vinculadas a la dependencia física y emocional que desencadena su uso repetido. ¿Verdad que pensamos que cuando nuestra casa huele a pino, huele a limpio? Esto se debe a que nuestro sentido del olfato está directamente relacionado con la parte del cerebro involucrada en las respuestas de comportamiento, emocionales y de memoria. Por eso, los olores provocan emociones fuertes pudiendo desencadenar incluso cambios de humor.

Este es un hábito difícil de romper ya que implica volver a conectar con el cerebro y redefinir lo que consideramos “limpio”. Es humano buscar olores agradables y tratar de eliminar los olores desagradables de nuestro entorno. Sin embargo, los efectos inmediatos y a largo plazo de la exposición a fragancias sintéticas son peligrosos para nuestra salud y la salud de las personas (¡y mascotas!) que comparten el aire con nosotros.

El término "fragancia" en una lista de ingredientes puede representar una receta secreta compuesta por cientos de productos químicos sintéticos, muchos de los cuales no han sido probados para determinar su seguridad. De hecho, es la IFRA, asociación que representa los intereses colectivos de esta industria, quien desarrolla sus propias pautas de seguridad que, además, son voluntarias. Hasta el 95 % de los ingredientes que se utilizan para estas recetas de fragancias derivan de productos petroquímicos y están clasificados como ingredientes que pueden causar cáncer, trastornos del sistema nervioso, asma, aumento de peso y trastornos metabólicos, son disruptores endocrinos y pueden causar o empeorar alergias.

Para mayor confusión, el término "fragancia natural" o "aceite esencial" en una lista de ingredientes no significa necesariamente que sea seguro ya que la mayoría de los aceites esenciales en los productos de consumo se procesan con disolventes tóxicos. Incluso muchos productos etiquetados "sin perfume" son en realidad productos con fragancia a los que se les ha añadido otra fragancia para enmascarar el propio olor del producto.

De nuevo, recae en el consumidor la búsqueda de información y de mejores alternativas para la salud. Por ello, es importante leer las etiquetas y elegir aquellos productos que estén formulados con aceites esenciales verificados como orgánicos o silvestres y extraídos sin disolventes tóxicos u optar por productos sin fragancias.

Recuerda que mantener una buena ventilación en el hogar es respirar tranquilo.

 

https://www.bcpp.org/wp-content/uploads/2020/03/BCPP_Right-to-Know-Toxic-Fragrance-Report-Exec-Summary_3_2020_reduced-file-size.pdf

Publicación anterior Publicación nueva


0 comentarios

Dejar un comentario